(361 palabras) Todas las personas sueñan con algo. Esto es absolutamente normal, porque una persona que sueña con algo es capaz de cosas realmente grandes. Sin embargo, el logro específico que quiere lograr es precisamente el objetivo, no un sueño. Es importante aprender a distinguir entre estos conceptos. En mi opinión, un sueño es algo sublime, distante y, con mayor frecuencia, impracticable, mientras que el que tiene la meta siempre sabe cómo lograr lo que quiere. La confirmación de esto se puede encontrar en la literatura rusa.
I.A. proporciona un ejemplo clásico de contrastar a una persona con un sueño y a una persona con miras a nosotros. Goncharova "Oblomov". Ante nosotros están Ilya Ilyich Oblomov y Andrei Ivanovich Shtolts. Siendo mejores amigos, son dos opuestos extremos. Por un lado, Oblomov es un noble no adaptado a la vida real. Ilya Ilyich sueña con la paz, con el regreso de su infancia, con su antiguo estado noble Oblomovka. Desafortunadamente, soñar es todo lo que puede, mientras su nido familiar está disminuyendo. Por otro lado, el ruso ruso Stolz, que lo sabe todo, lo sabe todo y está inmerso en el trabajo. Tiene un objetivo claro: juntar capital, mantenerse, crear una familia y transferir asuntos a los descendientes. Al final, tiene éxito e incluso salva la herencia nativa de Oblomov. Goncharov mostró a la persona de los sueños y a la persona de propósito, indicando su principal diferencia. Si Ilya Ilyich solo representa el bien deseado en la imaginación, entonces su amigo logra lo que quiere.
Vemos algo similar en los primeros capítulos de la novela de L.N. Tolstoi "Guerra y paz". Ante nosotros están Pierre Bezukhov y Andrei Bolkonsky. Pierre quiere saber el significado de la vida, comprender la naturaleza de la humanidad y encontrar su lugar en este mundo. El sueño es realmente noble, pero carece de detalles específicos, por lo que solo genera problemas. El sueño de Bolkonsky no es menos ambicioso: quiere pasar a la historia, compararse con su ídolo, Napoleón. A diferencia de Bezukhov, persigue audazmente su objetivo, sin perder el tiempo pensando y dudando. La diferencia entre los sueños y el propósito es obvia: mientras Pierre está fantaseando, Andrei toma ciertas acciones en el camino hacia lo que quiere lograr.
Por lo tanto, un sueño es producto de la fantasía, un ideal inalcanzable, y el objetivo es un destino muy específico, al que una persona ha estado yendo durante algún tiempo. Ambos conceptos son igualmente importantes para las personas, porque los sueños, por regla general, determinan nuestras prioridades, y las metas que nos propongamos dependen de ellas.