(282 palabras) Originalmente se suponía que el trabajo de Alexander Isaevich Solzhenitsyn se titulaba "Un pueblo no es justo", pero hoy lo conocemos como "Matryonin Dvor". Esto no es casualidad. El personaje principal es la mujer campesina Matryona Grigoryeva. Dedicó toda su vida a trabajar en beneficio de los demás. La mujer ayudó incluso a extraños y no pidió nada a cambio. Su única "riqueza" son los animales domésticos y las plantas en macetas.
Matryona Grigorieva tuvo una vida difícil. La muerte de una madre, un matrimonio temprano no por amor, necesidad y privaciones ... El amado novio desapareció, la niña, ante la insistencia de sus familiares, se casó con su hermano, Yefim. Thaddeus regresó, pero ya era demasiado tarde: odiaba a un pariente recién nacido por traición. Pero sus desventuras tampoco terminaron allí. La heroína perdió a todos sus hijos y esposo. Solo había un alumno de Ciro, la hija de Tadeo. Ahora Matryona Vasilievna es relevada del trabajo: a menudo está enferma, pero no quiere cargar a nadie con sus problemas y ni siquiera llama a un médico. Ella siempre es amable, cariñosa y afable. Ella cree en Dios y nunca se queja. Su naturaleza humilde acepta todas las pruebas mansamente.
Nos encontramos con Matryona Grigoryeva cuando ayuda a Kira durante la separación de la casa: la familia del alumno está transportando propiedades. Una mujer no puede mantenerse alejada y, a pesar de su enfermedad, participa en el transporte junto con todos. De repente, el trineo en el que las cosas están atrapadas en el cruce. La anciana intenta salvarlos y se mete debajo del tren.
Así termina la vida de un hombre rural simple que vivió sabiamente y con rectitud. Resulta que los familiares no tienen a nadie más para ayudar. Pero los amigos y familiares de Matryona aún no entienden esto: solo les preocupa la cuestión de compartir propiedades simples. El lector está convencido: el pueblo realmente no puede sostenerse sin una persona justa: una persona, probablemente imperceptible, pero lista para apoyar en tiempos difíciles, girar el hombro y consolar con una palabra amable. Los familiares de Matryona Grigorieva también lo entenderán, pero el arrepentimiento llegará demasiado tarde.